Parravicini y un misterioso dibujo: ¿Profecía sobre el futuro del papa Francisco?

Un gráfico de Parravicini anticiparía con fuerza de imagen lo que podría suceder con el Papa argentino.

 
El arribo de Jorge Mario Bergoglio a la primera vestidura del papado se convirtió en un punto culminante dentro de las profecías mundiales. Primero, porque con su llegada se marcó el primer acontecimiento importante luego de la tan mencionada fecha del 21 de diciembre del 2012, donde los mayas anunciaban a partir de ese momento, una serie de grandes transformaciones que se suscitarían aceleradamente afectando a todas las estructuras del mundo, siendo las principales la economía, la religión, la política y el militarismo. En este sentido, el calendario maya entrega el único evento profético medible en el calendario gregoriano. 
 
A partir de allí, la profecía que cobra notoriedad en los días de la renuncia de Benedicto XVI, es la del irlandés San Malaquías, aquel obispo canonizado hace 800 años por el Papa Clemente III. En sus días, Malaquías escribió un listado de 112 papas, luego de los cuales vendría el fin del vaticano. Dentro de la nómina, al número 111 correspondía a “Gloria olivae” que significa gloria del olivo, y toma su nombre por San Benito y Benedicto XV. Esta descripción correspondía exactamente con la presencia de Ratzinger como sumo pontífice, conocido en el mundo eclesiástico como Benedicto XVI. 
 
Su renuncia trae a la palestra inmediatamente esta profecía, al anunciar la llegada del Papa 112 profetizado como Petrus Romanus (Pedro el romano), quien marca el final de los tiempos de Roma, porque su reinado –según Malaquías- sería el último: “En la última persecución de “la santa iglesia romana”, ocupará la sede un romano llamado Pedro que apacentará las ovejas en medio de grandes tribulaciones, pasadas las cuales, la ciudad de las siete colinas será destruida, y el Juez tremendo juzgará al mundo”. 
 
El antiguo escrito de Malaquías cobra mayor peso al concatenarlo con otras profecías que anticipan exactamente lo mismo. Porque así también se refirió el Papa Pío XII, quien hace 70 años igualmente advirtió para el final: “Cuando Pedro apaciente mis ovejas en medio de grandes tribulaciones: el último de mis sucesores saldrá del Vaticano por encima de los cadáveres de sus sacerdotes”. Pío XII, entonces, construye con su visión una fuerza de coincidencia, que adquiere autoridad por provenir de la boca de la máxima autoridad eclesiástica, donde se toca el mismo punto recurrente: el último Papa sería “Pedro”. 
 
Así también se refirió el más exacto de todos los visionarios a la fecha, el argentino Benjamín Solari Parravicini(célebre por su profecía de la caída de las torres gemelas), quien siendo católico, hace más de 70 años confirmó la llegada del último Pedro en varias de sus profecías. La más clara de ellas nos dice: “El Ultimo Papa Pedro, cierre del Papado, reinará sin mente sobre el nuevo "Ministro de Dios" (1938).
 
De modo que la llegada del cardenal Bergoglio a la máxima investidura de la iglesia, reactivó todas estas profecías por ser el sucesor del número 111. Así, varios analistas se encargaron de resaltar el origen italiano de Bergoglio, que lo acercaría indefectiblemente al cumplimiento de ser el Petrus Romano que anuncian todas estas profecías.   
 
Sin embargo, algunos estudiosos de la profecía de Malaquías, resaltan que, aunque la profecía dice que Petrus Romanus es el último Papa, no especifica si hay o no Papas entre él y su predecesor (Gloria olivoe). En ese caso San Malaquías habría hecho la lista de los 111 Pontífices y entonces saltado al último, sin contemplar posibles Papas intermedios entre uno y el otro. Esta interpretación cobra fuerza al hacer un análisis pormenorizado del trabajo de Parravicini.
 
En efecto, el visionario argentino señaló como acontecimiento clave la guerra de 5 meses en el Caribe, a partir de la cual, paralelamente, también vendría un proceso de cisma en la iglesia siendo éste iniciado, al fallecimiento del Sumo Pontífice que en ese momento se encuentra en el papado.  
 
Un gráfico en especial nos anticipa con fuerza de imagen lo que sucederá con el Papa Francisco, dondeParravicini escribió hace más de 40 años atrás, haciendo referencia al sillón que ocupa en este momento el argentino: “Cuando el sillón argentino quede vacío bocas adeptas hablarán del ausente”.
 
La partida del Papa Francisco entonces, comenzará a mostrar al mundo las grietas que se esconden entre los ministros católicos, situación que deriva en la llegada de Pedro el Romano, cumpliéndose así, la llegada del último Papa.  
 
Sin dudas que el arribo del argentino Bergoglio ha despertado un sentimiento de pertenencia y de renovación para los Latinoamericanos, por ser este el primer Papa originario de estas tierras. Es que el conjunto de las profecías señala a América latina como la región del gran despertar espiritual, y así, muchos interpretaron la llegada de Papa Francisco como parte de ese proceso profetizado. Pero a pesar de los deseos de algunas personas, no es por la iglesia que la profecía encamina este proceso latino, sino por el despertar de una verdad interior que en varias oportunidades se encargó de resaltar. Y esta verdad, parece encontrarse con el hombre solo en el momento que las personas la buscan sin intermediarios más que el mismo Ser Interior, tal como escribió Parravicini: “El hombre trepa hacia el universo, desconociendo el universo que el encierra en su Yo. El hombre corre hacia el encuentro de su Fuerza Interior, la que aun prevalece en potencia dentro de su desconocido Yo. El marcha sin saber que marcha. El sabrá sin saber, sabrá y será”.